ConsultaMe divorcié hace ya 10 años y la cosa no ha sido fácil porque me quedé con mi hijo con pocos años y durante aquel tiempo mi ex no me pasaba ni un céntimo. Como tampoco mi familia podía ayudarme aunque quisieran la verdad es que los primeros años de separada fueron muy duros y como les pasa a muchas me pasaba la vida trabajando. Durante la semana trabajaba en horario de comercio y para poder pagar a la chica que me cuidaba al niño por las tardes yo trabajaba como peluquera por la noche y los fines de semana. Bueno una época muy difícil, en la que lo único que hice fue trabajar, cuidar del niño y dormir poco.
Hace 3 años empecé a levantar cabeza y ya pude hacerme un grupito de amigas y salir y divertirme un poco y entonces conocí al que hoy es mi pareja. Me ha cambiado totalmente la vida porque tener pareja además de amor significa tener afecto, apoyo y ayuda en muchas cosas, pero mi hijo no le acepta. No es que no le guste él, sino que lo que no quiere es que yo tenga pareja y eso que no vivimos juntos. Lo he intentado razonar hablando, mi pareja ha tratado de hacer buenas migas con él, pero mi hijo lo rechaza totalmente. Llega a ser grosero y antipático cuando se lo encuentra. Y lo más gracioso es que su padre ha tenido mil novias y a mi hijo eso no le disgusta.
Quiero mucho a mi hijo pero estoy muy enamorada de mi pareja y no sé como puedo arreglar las cosas para que se lleven bien. Me dicen que espere un tiempo pero yo no veo que las cosas mejoren ¿qué puedo hacer? -Elba.
Respuesta
Comprendo que Elba se encuentra muy desconcertada ya que, por una parte, no entiende por qué su hijo acepta con normalidad las novias de su padre, pero no al novio de su madre, y más aún dándose la circunstancia de que ella no ha tenido relaciones sentimentales previas. Pero he de decirle que este problema se presenta muy frecuentemente en consulta.
Efectivamente, cuando usted se separó, se dedicó durante años en cuerpo y alma a sacar adelante a su hijo y su hogar, con tal intensidad que no tenía tiempo para salir con otras personas. Esta forma de vivir ha dado a su hijo la falsa impresión de que usted era un individuo a su servicio y disposición de modo permanente, y que esta forma de vivir era la más adecuada. Por esta razón, cuando hace unos pocos años usted inició su relación con su actual pareja, ha empezado a introducir los cambios lógicos y necesarios, y son estos cambios los que no son fáciles de aceptar para su hijo, que por los datos que usted aporta está en la adolescencia o en edades cercanas.
Como es totalmente legítimo su derecho a vivir y disfrutar de su pareja, pero al mismo tiempo comprendemos que su hijo necesita adaptarse a la nueva situación, le recomendamos que aunque pueda ser una tentación soñar con que se lleven bien, por el momento su objetivo debería limitarse a conseguir que su hijo simplemente tolere a su pareja.
Por lo tanto, no intente forzar reuniones o encuentros entre su hijo y su pareja; tambien creemos que no deben plantearse por el momento la convivencia y que deben encontrarse en contadas ocasiones.
Elba nos dice que ha intentado razonar con su hijo, nosotros por nuestra parte le recomendamos que le garantice su amor incondicional como madre, pero le reivindique serenamente su condición de mujer.
Y de este modo es previsible que su hijo, sin recibir presiones, sin tener que “soportar” la presencia de su pareja demasiado a menudo y ganando él, por su parte, autonomía, amigos, novias, etc. se va a adaptar a la situación de “compartir” a su madre.
Para terminar tenemos que añadir que en lo que respecta a las nuevas parejas de los padres divorciados, es mejor no crearse expectativas de que nuestros hijos lleguen a adorarles. Lo más sensato es aspirar a que haya buenas relaciones basadas en el respeto mutuo.
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