domingo, 25 de octubre de 2009

Consulta #15: Mi hijo no me perdona que haya rehecho mi vida

Consulta

Me divorcié hace ya 10 años y la cosa no ha sido fácil porque me quedé con mi hijo con pocos años y durante aquel tiempo mi ex no me pasaba ni un céntimo. Como tampoco mi familia podía ayudarme aunque quisieran la verdad es que los primeros años de separada fueron muy duros y como les pasa a muchas me pasaba la vida trabajando. Durante la semana trabajaba en horario de comercio y para poder pagar a la chica que me cuidaba al niño por las tardes yo trabajaba como peluquera por la noche y los fines de semana. Bueno una época muy difícil, en la que lo único que hice fue trabajar, cuidar del niño y dormir poco.

Hace 3 años empecé a levantar cabeza y ya pude hacerme un grupito de amigas y salir y divertirme un poco y entonces conocí al que hoy es mi pareja. Me ha cambiado totalmente la vida porque tener pareja además de amor significa tener afecto, apoyo y ayuda en muchas cosas, pero mi hijo no le acepta. No es que no le guste él, sino que lo que no quiere es que yo tenga pareja y eso que no vivimos juntos. Lo he intentado razonar hablando, mi pareja ha tratado de hacer buenas migas con él, pero mi hijo lo rechaza totalmente. Llega a ser grosero y antipático cuando se lo encuentra. Y lo más gracioso es que su padre ha tenido mil novias y a mi hijo eso no le disgusta.

Quiero mucho a mi hijo pero estoy muy enamorada de mi pareja y no sé como puedo arreglar las cosas para que se lleven bien. Me dicen que espere un tiempo pero yo no veo que las cosas mejoren ¿qué puedo hacer? -Elba.



Respuesta

Comprendo que Elba se encuentra muy desconcertada ya que, por una parte, no entiende por qué su hijo acepta con normalidad las novias de su padre, pero no al novio de su madre, y más aún dándose la circunstancia de que ella no ha tenido relaciones sentimentales previas. Pero he de decirle que este problema se presenta muy frecuentemente en consulta.

Efectivamente, cuando usted se separó, se dedicó durante años en cuerpo y alma a sacar adelante a su hijo y su hogar, con tal intensidad que no tenía tiempo para salir con otras personas. Esta forma de vivir ha dado a su hijo la falsa impresión de que usted era un individuo a su servicio y disposición de modo permanente, y que esta forma de vivir era la más adecuada. Por esta razón, cuando hace unos pocos años usted inició su relación con su actual pareja, ha empezado a introducir los cambios lógicos y necesarios, y son estos cambios los que no son fáciles de aceptar para su hijo, que por los datos que usted aporta está en la adolescencia o en edades cercanas.

Como es totalmente legítimo su derecho a vivir y disfrutar de su pareja, pero al mismo tiempo comprendemos que su hijo necesita adaptarse a la nueva situación, le recomendamos que aunque pueda ser una tentación soñar con que se lleven bien, por el momento su objetivo debería limitarse a conseguir que su hijo simplemente tolere a su pareja.

Por lo tanto, no intente forzar reuniones o encuentros entre su hijo y su pareja; tambien creemos que no deben plantearse por el momento la convivencia y que deben encontrarse en contadas ocasiones.

Elba nos dice que ha intentado razonar con su hijo, nosotros por nuestra parte le recomendamos que le garantice su amor incondicional como madre, pero le reivindique serenamente su condición de mujer.

Y de este modo es previsible que su hijo, sin recibir presiones, sin tener que “soportar” la presencia de su pareja demasiado a menudo y ganando él, por su parte, autonomía, amigos, novias, etc. se va a adaptar a la situación de “compartir” a su madre.

Para terminar tenemos que añadir que en lo que respecta a las nuevas parejas de los padres divorciados, es mejor no crearse expectativas de que nuestros hijos lleguen a adorarles. Lo más sensato es aspirar a que haya buenas relaciones basadas en el respeto mutuo.

lunes, 19 de octubre de 2009

Consulta #14: Mi hija paga conmigo las faenas que le hace su padre

Consulta
Llevo 2 años separada y tengo una hija de 7 años. Yo no tengo grandes problemas con mi ex porque no espero nada de él, precisamente me separé porque a él le gustaba llevar una vida tan desorganizada que era imposible vivir con él. Cambiaba de trabajo, yo nunca sabía su horario, su sueldo, donde estaba, etc. Pero el problema es que desde que nos separamos nunca cumple su palabra con mi hija, ni cumple los fines de semana, ni la hora a la que queda en venir a recogerla, etc. Como ella está loca con ver a su padre, yo acepto con cualquier día de la semana que él quiera venir a verla, pero el problema es que él la llama y le dice que viene a las 6 y pueden ser las 8 de la tarde y no ha venido. Pero es que mi hija se prepara con media hora de antelación y se sienta en la puerta de la casa a esperar y cuando empiezan a pasar las horas se enfada conmigo, me culpabiliza a mí, me dice que no ve a su padre porque yo quise separarme y aunque yo sé que esto lo dice porque está frustrada todo esto me desmoraliza

Lo que mi hija lleva peor es que no venga a buscarla cuando él dice que va a venir y que le prometa cosas que nunca cumple como viajes o regalos, porque tengo que decir que él nunca me ha dado la pensión de la niña pero le promete que la va a llevar a Disney Paris.

No se qué hacer para no ver sufrir a mi hija, porque veo que yo quise acabar con las mentiras e informalidades de ese hombre en mi vida y ahora está haciendo lo mismo con la niña. -María.


Respuesta

El problema que tiene María, con pequeñas variaciones, es muy común tras la separación: se trata de que problemas que una persona tenía con el cónyuge persisten y siguen afectándonos a través de los hijos.

En realidad, María, su hija, con 7 años, ya tiene edad suficiente para entender algunas cosas como, por ejemplo, que hay personas puntuales y personas impuntuales, y hay personas que cumplen siempre sus promesas y otras que no las cumplen todas las veces, y que, dependiendo de cómo sean las personas, nosotros debemos adaptar nuestra forma de actuar. En definitiva, ella tiene que entender quién y cómo es su padre y aceptarlo …o no aceptarlo.

Toda esta información debe usted explicársela a su hija sin cargarla de tintes afectivos, es decir, sin juzgar ni calificar a su ex. Por ejemplo, si usted dice a su hija: “Como no estamos seguras de la hora a la que vendrá papá, podemos irnos al parque y él cuando llegue nos llamará al móvil”, esto es dar información objetiva a su hija al mismo tiempo que le ofrece una actividad alternativa a su improductiva conducta habitual de sentarse a la puerta de la casa a esperar a su padre.

Pero si usted le dice: “Vámonos al parque porque como tu padre siempre llega tarde es una tontería quedarnos en casa”, aquí usted ya está prejuzgando al padre y se va a encontrar con una reacción adversa de su hija por un asunto del que usted no es responsable.

En definitiva, se trata de que su hija acabe por aceptar características incómodas de su padre y aprenda a actuar en consecuencia.

Como regla general, en las relaciones de nuestros hijos con nuestro/a ex, debemos intentar mantenernos lo más al margen posible e intentar siempre no juzgar ni calificar al otro.

Le deseo mucha suerte.


viernes, 16 de octubre de 2009

Consulta #13: Mi ex mujer saca lo peor de mí

Consulta

Llevo cinco años separado y mi ex mujer tiene la bendita cualidad de sacarme de mis casillas. No soy ni he sido nunca un machista ni un violento, es más mi trabajo justamente consiste en solucionar problemas y hacer negociaciones y acuerdos pero lo que me pasó hace un mes me tiene asustado. Tengo que explicar que mi ex tiene la costumbre de recibirme a gritos cada vez que voy a buscar o a recoger a mi hija. Ellas se han quedado en el chalet donde vivíamos juntos y yo para hacer la cosa rápida, nunca me bajo del coche. Llego doy un toquecito al claxon y ella sale gritando con la niña y me sigue gritando mientras yo me estoy yendo. Pero ese día yo dejé a mi hija y empezó a gritarme como siempre, la niña se bajó y echó a correr hacia la casa se metió dentro (como hace siempre) y mi mujer me gritaba cada vez más mientras me echaba en cara algo de que había llegado 10 minutos tarde o algo así, y esta vez no me dejaba irme porque metía la cabeza por mi ventanilla y yo no podía arrancar. Entonces no sé lo que me pasó, pero pulsé el botón de subida de la ventanilla y lo paré justo cuando le llegaba al cuello y enseguida lo bajé, yo creo que ni ella se dio cuenta de lo enfurecida que se pone. Pero yo estoy asustado de mí mismo y no encuentro la forma de evitar esa tortura que me hace cada vez que voy a por la niña. -Robert.

Respuesta

Usted, Robert, parece ser que ha llegado al límite de su capacidad para soportar los gritos de su ex mujer. Esto queda sobradamente demostrado por la drástica solución a la que recurrió hace un mes.

Comprendo que se sienta asustado de sí mismo, pero es que una situación de este tipo sólo puede acabar mal o fatal. Me explico: no es de recibo que usted tenga que soportar sistemáticamente una andanada de gritos de su ex cada vez que va a por su hija. Y ése es el tema para el que tenemos que buscar solución. El problema no es que su ex le grite (éste es un asunto que concierne a la responsabilidad de ella), el problema es que usted lo consiente (esto sí es un asunto que le compete a usted) y, a más abundamiento, usted lo consiente y su hija lo presencia; por lo tanto, tenemos que encontrar un medio por el que usted no tenga que aguantar este comportamiento.

No sé si usted ha probado a ir acompañado por personas conocidas o desconocidas para su ex mujer, ya que esta estrategia suele detener muchas conductas agresivas parecidas. No obstante, lo mejor sería que consultase este problema con su abogado, ya que podría solicitar al Juzgado que usted recogiese a su hija en un Punto de Encuentro donde le garantizo que no van a producirse incidentes de este tipo.

A veces, las cosas tienen que ponerse muy mal para que nos decidamos a intentar soluciones, pero el caso de Robert nos demuestra una vez más que “aguantar” no es una buena solución a largo plazo.



domingo, 11 de octubre de 2009

Consulta #12: Mi propia familia no me apoya en mi divorcio

Consulta
He leído con mucha atención las consultas que le han hecho a usted otros separados pero no he visto que a ninguno le haya pasado lo que me está pasando a mí.

Después de 7 años de casada, hace 3 meses me decidí por fin a decirle a mi abogada que presentara la demanda de separación que tenía redactada desde hace más de 2 años y que nunca me atrevía a echar adelante.

Yo no puedo decir que mi marido sea malo o me trate mal, pero tampoco puedo decir que me trate bien. Yo siempre me he quejado a mi madre y mis hermanos porque es un hombre plano que nunca decide nada, nunca se plantea nada, nunca aporta nada, simplemente trabaja, come, duerme y si le dices que haga algo, pues lo hace. Pero ese carácter no va conmigo que soy activa y me gusta probarlo todo y ver muchas cosas y viajar y todo eso. La cuestión es que yo no he sido feliz y mis padres y hermanos los saben perfectamente, pero cada vez que yo decía que así no podía seguir viviendo, me quitaban la idea de la cabeza y me decían que es un hombre bueno y que no voy a encontrar nadie mejor.

Ahora me encuentro con que me están casi repudiando por haber pedido la separación y el colmo es que mi marido va a casa de mis padres y allí todos le consuelan y se queda a cenar. Mi hermana me ha llamado ya varias veces para hacer de abogada de mi marido y convencerme de que retire la demanda y esta situación me está desquiciando porque aunque yo sea la que ha pedido la separación, también tengo muchas dudas y miedos. Yo no encuentro normal que mi propia familia le apoye a él y para mí todo sean reproches. -Asunción.

Respuesta

Entiendo que Asunción se encuentre totalmente desconcertada ya que, al propio estrés de su proceso de separación, se le está añadiendo ahora la presión y falta de apoyo de su familia de origen.

Aunque comprendo que usted no contaba con esta situación, sí es importante tener en cuenta que un divorcio supone en muchas ocasiones una situación de crisis que pone a prueba todos nuestros asuntos personales. Por ejemplo, una persona que esté bien afianzada en su trabajo, va a poder conservarlo después de la separación; pero, si el puesto de trabajo no tenía un buen anclaje, es posible que se vea perjudicado por estas circunstancias. Lo mismo ocurre con amigos que anteriormente pudimos considerar como amistades estrechas, y que por las circunstancias del divorcio a veces se resienten o incluso se pierden; y por supuesto lo mismo ocurre con las relaciones que tengamos con nuestra propia familia.

Por lo que cuenta en su consulta, usted ha venido explicando a sus padres y hermanos lo insatisfactoria que era su relación de pareja a lo largo de los años; sin embargo, en el momento actual y sea cual sea la opinión que ellos tengan sobre su todavía marido, el papel que les correspondería sería prestarle a usted un apoyo incondicional, cosa que no están haciendo ni de lejos.

Por lo tanto, Asunción, hay que admitir que las relaciones con su propia familia tenían un cariz muy distinto del que usted suponía, y su divorcio ha venido a sacarlo a la luz sin disfraces. Me explico: no es su divorcio el que ha afectado a sus relaciones familiares, sino que sus relaciones familiares auténticas han aflorado gracias a su proceso de divorcio.

Aunque comprendo que decirle que la deslealtad de algunos miembros de su familia viene ya de lejos no es precisamente un consuelo, me parece imprescindible que usted afronte esa verdad, ya que la única forma de que usted adquiera una cierta seguridad es que sea capaz de descubrir con qué personas cuenta realmente y qué puede esperar de cada uno de ellos.

Como este es un proceso delicado y usted se encuentra en una situación de gran vulnerabilidad, le recomiendo que lo haga de la mano de un/a psicólogo/a, quien además le puede entrenar en estrategias de control de stress y ansiedad.

Para terminar, le reitero que la separación de una pareja supone una crisis que nos obliga a revisar todos los aspectos de nuestra vida, de modo que el problema que se le está presentando a usted con sus relaciones familiares es más frecuente de lo que cabría suponer. Tanto es así, que un antiguo profesor mío me contó que cuando se estaba divorciando, llegó a tener la sensación de estar arreglando un desván lleno de cachivaches y me decía: “Vas sacando cosa por cosa, mirándola; lo que es inservible, lo tiras; lo que está un poco roto, pero se puede arreglar, lo pones a un lado, y por último, lo que está en buen estado, lo limpias y lo colocas bien”.

Le deseo que sea usted muy feliz en su nueva vida.

jueves, 8 de octubre de 2009

Consulta #11: La elección del mejor grupo de singles

Consulta
Hola, mi consulta es que por qué no nos unimos las mujeres singles y creamos una red de amistad para compartir momentos divertidos, animarnos en los momentos bajos, compartir aficiones, proponer diversiones en resumen crear un grupo donde nos podamos unir según afinidades, gustos, edades, etc. ¿Qué me decís? Un saludo cariñoso. -Aarrt.

Respuesta
Como respuesta a su consulta, le diré que existen en su zona multitud de grupos de mujeres unidos por motivaciones e ideales muy diversos donde usted probablemente encontrará compañeras con sus mismos objetivos. El Centro Municipal de Información y Orientación a la Mujer (CMIO) puede proporcionarle un listado completo.

No obstante, aunque la propuesta que nos hace Aarrt puede parecernos en principio muy tentadora ("hacer contactos múltiples con otras mujeres singles y agruparse en función de gustos y aficiones para poder disfrutar juntas de la vida"), desde nuestro blog creemos que ya hay demasiadas barreras y demasiados intereses por mantener a hombres y mujeres en situación de enfrentamiento y con poca posibilidad de entendimiento.
Nuestro punto de vista defiende que esta separación entre sexos, cargada incluso con tintes de rencor y hostilidad, no tiene ninguna razón de ser, ya que el divorcio afecta y produce sufrimiento por igual a hombres y a mujeres; basta como ejemplo la muestra de las consultas hechas en nuestro blog.
Por lo tanto, aquí defendemos la superación de la crisis que produce un divorcio y la aceptación del nuevo estado de soltería todos juntos, hombres y mujeres, porque además un deseo íntimo y legítimo de la mayor parte de ellos es ser capaces de encontrar una pareja con la que poder compartir una vida dichosa.